Nos quedamos.

Lunes 29, es una mañana cálida pero con viento del sur, levantamos ancla y nos vamos a Mahón al puerto de la Marina Menorca.

Hemos decidido quedarnos en el puerto, hacer las cosas bien, arreglar el generador, comprar lo que necesitamos y además la previsión de la tramontana fuerte, es para respetar.

El camino al puerto tiene su tiempo ya que esta al fondo de la bahía,  se ve mucho movimiento en el agua, barcos grandes, pequeños, chárter,  la construcción de las casas están sobre la montaña, los fuertes militares en muchos lados pegados al mar, (estrategia militar) hay otros amarres, privados, nos gritan de la orilla que en la marina no hay lugar, para que nos quedemos ahí, y obviamente el precio es distinto, llegamos a la Marina Menorca y nos espera Gabriel, un mendocino (Argentino) , nos ayuda con el amarre y nos avisa del temporal, aunque ya lo sabíamos le agradecemos su atención.

Nos acomodamos y salimos a la ciudad, como ya nos quedamos unos días José Luis alquila un auto para movernos mejor, ahí están Nicole  y Héctor, el cordobés (Argentino) ella de la isla.

Agarramos el auto y salimos rumbo a Na Macaret, para almorzar, se a nublado un poco y el mar esta como revuelto, las casas son pequeñas y están muchas frente al mar, donde delante de ellas hay amarres para dejar las pequeñas embarcaciones de pesca, tienen una playa muy limitada y solo hay una chica acostada en la arena.



Lasagña...Para mi



Pasta con frutos del mar...Para José Luis



Entramos a Biosphera, a su terraza para almorzar, nos atiende Xema, un chico de Barcelona, que vive en frente del restaurant desde ya hace unos años, nos cuenta que los veranos son muy activos y que los inviernos tiene la posibilidad de viajar, pero nos cuenta de cómo disfruta el encanto del lugar, de cómo se ve el universo desde ahí, la atención es excelente y la comida exquisita, el chef Lele, nos saluda de lejos, nos despedimos tomando un Limoncello preparado por el chef, es un lugar para disfrutar y saborear.

Nos vamos al barco porque van a ir a reparar el generador, llega Santi, se pone a trabajar y después de 2 hs con batería nueva, su trabajo está casi terminado (falta factura y un precinto) nos comenta que habría que poner un cargador de baterías para que no tengamos problemas, que nos pasaba un presupuesto por el trabajo al otro día junto con la factura, decidimos ir a ver cuánto salía realmente este cargador y comprarlo directamente en la casa de repuesto según el presupuesto que nos darían.

Aprovechamos para hacer compras en el supermercado  y como empezó a llover, decidimos volver para acomodar las cosas y dar vueltas por la ciudad, al cabo de un par de horas nos damos un tiempo para hacer nuestro ejercicio de marcha rápida de 6 km.

La ciudad es especial, en la parte de la costa están todos los amarres para los barcos, en algunos casos se ven las barcas menorquinas, y también grandes barcos a motor, el contraste es interesante, como  viejos barcos pesqueros y sus redes, frente a estos amarres hay departamentos chicos de uno o dos pisos, y en la planta baja la mayoría son restaurant o bares.  Llueve, pero muy suave, seguimos caminando, los colores cambian constantemente, ya que a los pocos minutos para y sale un rayo de sol, cada momento es una postal. 

Al volver un poco agotados de todo el día, cenamos y esperamos a que pase el temporal...